Este 29 de octubre la Iglesia católica recuerda en su santoral a San Narciso de Jerusalén, un obispo venerado por su larga vida —dicen que alcanzó los 116 años— y por un milagro que ha quedado en la memoria cristiana: transformar agua en aceite para mantener encendidas las lámparas del templo.
Nacido en el siglo II, Narciso fue conocido por su carácter austero y su firme defensa de la fe. En tiempos convulsos para los cristianos, se opuso a modificar la fecha de la Pascua, convencido de que debía celebrarse siempre en domingo. Su vida estuvo marcada por la oración, la sabiduría y un profundo espíritu de servicio, cualidades que lo convirtieron en uno de los obispos más recordados de Jerusalén.
Otros santos del día
Además de San Narciso, el calendario litúrgico de este 29 de octubre incluye a otras figuras de gran ejemplo espiritual:
San Feliciano de Cartago, mártir del siglo III que entregó su vida por mantener la fe cristiana en África del Norte.
San Honorato de Vercelli, obispo italiano recordado por su humildad y su labor de caridad.
Beata María Restituta Kafka, enfermera austríaca ejecutada durante el régimen nazi por negarse a retirar los crucifijos de los hospitales.
Beata Ángeles Ginard Martí, religiosa mallorquina asesinada durante la Guerra Civil española por proteger a sacerdotes perseguidos.
Beato Miguel Rúa, sucesor de San Juan Bosco al frente de los salesianos, quien expandió la obra educativa de su fundador por todo el mundo.